Con la aceleración de las cargas de trabajo globales (de 160 millones en la actualidad a 596 millones en 2030), la necesidad de una mayor agilidad y de opciones de implementación global han aumentado el atractivo de las clouds públicas para los clientes. Los clientes ven las clouds públicas como una forma de obtener flexibilidad
y velocidad para responder a las necesidades empresariales en constante evolución, acelerar la innovación y coordinar los costes y las necesidades empresariales mediante la gestión de los gastos iniciales, el soporte operativo y el coste total de propiedad.
No obstante, para poder aprovechar los beneficios de la cloud pública, las empresas deben llevar a cabo la transición correctamente. Esto es más sencillo en la teoría que en la práctica. El primer paso, que consiste en tomar la decisión de iniciar la transición a la cloud, suele ser el más complicado. Una vez tomada la decisión, la complejidad aumenta a medida que las empresas se esfuerzan por adaptar y migrar las aplicaciones para su ejecución en un entorno de cloud. Si está pensando en migrar sus aplicaciones, debe comprender los desafíos y elegir la solución adecuada para satisfacer las necesidades de su empresa.